Tú los conoces: son personas normales, como tú o yo; gente que vive su vida día a día, trabajando, estudiando, ocupándose de sus propios asuntos y conviviendo con otros sin molestar a nadie. Pero el día menos esperado, sin previo aviso y sin ninguna clase de advertencia, algo cambia: esas personas otrora normales comienzan a a hacer estupideces, a decir tonterías, a perder el tiempo en jaladas, a tener desplantes, a molestar a otros, a inventar pendejadas, a castrar las pelotas, a chingar la madre y, básicamente, a hacer y decir mamadas. Han dejado de ser gente común y corriente para convertirse en pinche gente.
Todo el tiempo surgen nuevas manifestaciones de este fenómeno, y mi propósito es denunciar este flagelo que azota a la humanidad.
¿Y tú, ya eres parte de la pinche gente? Porque, lo peor, es que todos somos pinche gente en potencia.
miércoles, 31 de octubre de 2007
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